21 de Julio de 2009

Emigdio tiene leucemia.
La primera vez que conocí a Emigdio estaba a solas en su cama en el hospital, acostado allí pálido, triste y sin energía. Me vio entrar con el Osito Tappy y podía ver la curiosidad en sus ojos. Cuando entré con Tappy, estaba curioso. ¿Quién es esta mujer y porqué lleva un osito de peluche? Le pregunté si quería aprender a usar sus dedos mágicos. Asintió con la cabeza. Cuando le pregunté si se sentía triste o si tenía dolor, me dijo que no tenía energía. Comenzamos a usar Tappy e hicimos tapping sobre energía. Su color mejoró y se incorporó en la cama.

Miedos
La próxima vez que le vi todavía tenía buen color y me contó que tenía mucha más energía y estaba mucho menos cansado. Su sonrisa era tan amplia que me sentí llena de alegría.
Decidí enterarme si tenía algún temor. Pensó durante un momento y luego dijo que sí. Le pregunté de qué color era. Dijo que no tenía color. Le pregunté si tenía forma. Dijo que era un animal. Le pedí que cerrara los ojos y me dijese qué animal era. Pensó durante un momento y luego me dijo que era un perro. Cuando le pregunté si era un perro rabioso asintió enérgicamente que sí.
Hicimos tapping:

Tengo este miedo y tiene el aspecto de un perro.
Es un perro malo.
Es un perro negro y malo.
Me asusta.
No me gusta.
Le tengo miedo.
Me podría hacer daño.
Creo que al perro le gustaría un poco de atención igual que yo.
Puede que también necesite un poco de amor…
Puedo cambiar al perro malo si lo trato amablemente.
Creo que le daré algo de comer para que se encuentre mejor.
Convierto el perro malo en un perro amable, una mascota, un perro amistoso.
Le pedí que de nuevo cerrara los ojos y mirase al miedo que era un perro. Lo hizo, pero rápidamente abrió los ojos con una expresión de agradable sorpresa en el rostro. Dijo que no era un perro malo, sino un perro bueno. Estaba sonriendo de oreja a oreja. Ya que estaba solo de nuevo le pregunté si echaba de menos a su familia. Por supuesto que los echaba de menos. Hicimos tapping sobre ver a su familia en su imaginación y que siempre estaba cerca. Cuando terminamos no se sentía solo, sino que sentía que su familia estaba a su lado.

Al día siguiente la enfermera me informó que Emigdio la había contado ilusionado cómo habíamos utilizado Tappy para eliminar sus miedos.

Mientras trabajo con este jovencito y veo lo excitado que está sobre sanarse y haber encontrado una manera de eliminar sus miedos, se me ensancha el corazón y los ojos se me llenan de lágrimas.

La Promesa
Algunas semanas después, Emigdio se encontraba en la Unidad de Cuidados Intensivos con una infección intestinal. Me dijo que la infección tenía un color verde, un verde feo. Utilizamos el Osito Tappy para limpiar esa imagen. Mientras hicimos tapping decidimos quemar el verde feo. Costó algún tiempo pero luego desapareció. Colocamos ‘energía’ sanadora en su lugar.

Ahora que hemos hecho tapping juntos varias veces y confía en mí, le pregunté si se acordaba de cuándo se puso enfermo por primera vez. Sin dudar, dijo que fue tres años atrás en el momento en que enfermó su hermanito. Estaba asustado. Ese miedo era como una jauría de perros malos. Hicimos tapping para liberar esos miedos/perros malos.
Le pregunté si había alguna otra cosa. Dijo que estaba asustado por su hermanito así que prometió enfermar para que su hermanito pudiese sanar. Casi no podía creer lo que estaba oyendo. Que promesa tan increíble. ¿Cómo puede uno sanar cuando está ligado a una promesa tan poderosa?

Hicimos tapping:

Estaba asustado por mi hermanito y me puse enfermo en su lugar.
Él se puso bien, pero yo he seguido enfermo.
Pensaba que estaba haciendo una cosa buena para que él sanase.
No sabía que se pondrían bien él sólo.
Entonces yo seguí enfermo.
Soy buen chico.
Prometí ponerme enfermo porque amo tanto a mi hermanito.
Elegí ponerme enfermo por mi hermanito, pero ya no lo tengo que seguir haciendo.
Ahora sé que mi hermanito se pondrá bien él solito y yo también me puedo poner bien.
Me libero de esa promeso de estar enfermo en su lugar.
Ahora puedo ponerme bien.

Dijo que el miedo se había ido pero yo sabía que algo le quedaba por la expresión de su cara. Así que le hice mirar de nuevo a su enfermedad. Esta vez era un dolor en el lado izquierdo del pecho/corazón. Le pregunté si sentía culpable y dijo que sí.

Hicimos tapping:
Me siento culpable porque prometí enfermar para que mi hermanito pudiese sanar.
Soy buen chico haciendo lo que pensaba era lo mejor.
No sabía hacerlo de mejor manera, pero ahora yo también estoy libre para sanar.

Parecía estar tan aliviado. Después solo quería cerrar los ojos y dormir. No hay nada como una profunda liberación para hacer que quieras descansar.

La próxima vez que le vi tenía un aspecto radiante, feliz y sano. Su padre dijo que progresaba bien.

Emigdio

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