17 de noviembre de 2009
Se nos presentan muchas oportunidades para marcar una diferencia en la vida. A veces estas oportunidades se presentan porque hacemos cosas ‘grandes’ como trabajar con niños con cáncer y otras veces simplemente porque estamos presentes.
Hoy ha sido uno de esos días en que simplemente por estar presente he alegrado el día a alguien. Quiero decir que literalmente iluminé la cara de una dulce niña llamada Rosa. Me conmovió esa sonrisa y esos ojos brillantes, y me di cuenta que había otra consecuencia por alegrarle la vida a alguien. Viendo cómo su cara se iluminaba alegró mi día de manera inconmensurable.
Date permiso para alegrarle el día a alguien al sonreírle y ver cómo su sonrisa también ilumina tu propio día.