18 de Agosto de 2009
Las enfermeras de oncología y pediatría me han pedido que haga tapping con ellas. Me sentí muy honrada y feliz porque reconocen el valor de hacer tapping para ayudarlas a tratar con el horario de trabajo tan increíblemente ajetreado que tienen.
Encontramos una sala vacía en el hospital, recogimos algunas sillas y banquetas y estas ochos enfermeras empezaron a hacer tapping conmigo.
Los temas que eligieron fueron ‘estrés’, ‘estrés del trabajo’ y ‘estar cansadas’ ya que están de pie todo el día, moviéndose constantemente, tratando con los niños y sus familiares y además de todo eso tienen que hacer los informes administrativos para cada paciente. Hicimos tapping, nos reímos, bromeamos y aliviamos el estrés.
Fue una sesión corta pero la diferencia que produjo era obvia. Compartieron cómo notaban que la espalda, el cuello y los pies estaban refrescados. Se sentían más tranquilas y relajadas. Esos poco minutos les permitió volver a su trabajo con más energía y con una sonrisa en la cara.
Ahora, imaginen si enfermeras en hospitales por todo el mundo estuviesen haciendo tapping. ¿No serían asombrosos los resultados? Enfermeras, estoy preparada para enseñarles cómo.